HISTORIA DEL CONSERVATORIO JUAN CRISÓSTOMO DE ARRIAGA 

 

El 9 de Julio de 1919 la Diputación Foral de Bizkaia aprobaba el proyecto para la creación de un Conservatorio de Música en Bilbao. Detrás de este proyecto había años de entusiasmo creciente por la música y un camino abierto por personalidades y entidades particulares. Se pensaba ahora en dar respuesta, desde las instituciones públicas, a la demanda de enseñanzas musicales que crecía día a día en toda la provincia y muy particularmente en Bilbao que, en pleno desarrollo, rebasaba ya los cien mil habitantes. La Diputación Foral de Bizkaia, de momento en solitario, asume la responsabilidad del nuevo Centro, aunque no deja de invitar al Ayuntamiento, reservando puestos en la Junta de Gobierno "para el caso de que quiera prestar su concurso a la Institución".

 

La junta de Gobierno creada para presidirlo se pone en movimiento: elabora planes de estudio y reglamentos, elige la futura sede, adquiere materiales y, por último, convoca oposiciones y concursos para crear el cuerpo de profesores. Las pruebas se celebraron en junio de 1920. Creada la plantilla en septiembre, los locales aún no están a punto, pero la Sociedad Filarmónica, cuyos fundadores y dirigentes habían impulsado la creación del Conservatorio y son además integrantes de la Junta de Gobierno, ceden sus locales para que se pueda iniciar el curso en la fecha prevista: el 1 de octubre de 1920.

 

Comienza su andadura el Conservatorio de Música en Bilbao con una plantilla de 25 profesores y 423 alumnos. Las previsiones más optimistas respecto a la demanda se han visto desbordadas. Bilbao y Bizkaia esperaban este Conservatorio. El traslado, en febrero de 1921, a su primera sede, unos locales arrendados en la calle Santa María, en el Casco Viejo, confirmará esta realidad. La nueva sede es insuficiente. Se pone de manifiesto desde el primer momento la necesidad de una ubicación que responda a los serios planteamientos que se ha propuesto la Junta respecto a la enseñanza de la música. Esta aspiración tardará aún en materializarse, pero llegó, por fin, cuando la Diputación dispuso de locales propios para instalar el Conservatorio en una parte del edificio construido para Biblioteca y Archivos. El curso 1927-28 comenzó ya en la calle Diputación, en donde el Conservatorio ocupó la segunda y tercera planta.

 

Los primeros pasos  del Conservatorio estuvieron muy ligados a las entidades musicales más destacadas de la ciudad: la Sociedad Filarmónica y la Orquesta Sinfónica de Bilbao.

 

La Sociedad Filarmónica, cuyos socios fundadores habían impulsado la creación del Conservatorio, colaborado en su primer proyecto y pertenecían a su Junta de Gobierno, no sólo cedió en los primeros meses sus locales, sino que también proporcionó material de enseñanza y biblioteca y permitió el uso de su órgano de concierto para las clases de este instrumento. Esta Sociedad Filarmónica fue también el marco en el que tuvieron lugar todas las celebraciones destacadas del Conservatorio: concursos y entrega de premios, conciertos, fiestas de Santa Cecilia ... . Hasta el curso 1955-56 prestará esta entidad su sede al Conservatorio en sus celebraciones extraordinarias. Ligado a esta Sociedad Filarmónica, debemos un recuerdo especial de admiración y agradecimiento para: D. Juan Carlos Gortázar, D. Javier Arisqueta y D. Lope de Alaña, aquel trío impulsor de las más fecundas instituciones musicales bilbaínas, y a quienes debemos, en primera instancia, la fundación del Conservatorio.

 

La Orquesta Sinfónica de Bilbao, nacida bajo los mismos auspicios e ilusiones que el Conservatorio en 1922, tuvo como primer director a Armando Marsick, que era desde ese mismo año director del Conservatorio. Como nos recordaba la musicóloga Carmen Rodríguez Suso en su introducción al programa de conciertos con motivo del 75 Aniversario, Armando Marsick quedaba así simbólicamente situado como puente entre las dos instituciones, con la función de asociar la enseñanza y el ejercicio de la profesión, siendo en los primeros tiempos un camino muy transitado. Efectivamente, varios profesores del Conservatorio estaban integrados en la orquesta y muchos alumnos pasaron a formar parte de ella en los años sucesivos.

 

El Conservatorio de Música en Bilbao empezaba su camino orientado y protegido por las instituciones públicas y privadas de la Provincia. Una selecta plantilla de profesores, que se fue ampliando los años siguientes, atendía la formación musical de los vizcaínos. Alguno como Jesús Guridi, profesor de órgano y armonía hasta 1942, brillaba ya entonces en el campo de la creación musical. Nuevos profesores, muchos de ellos alumnos destacados del Conservatorio, se fueron incorporando a lo largo de los años.

 

El primer alumno que terminó su carrera en el Conservatorio representa un justo orgullo para este centro. Jesús Arambarri obtenía el Grado Superior de Órgano en el curso 1921-22 y el de Piano en el 1925-26. Junto a Clara Bernal obtenía ese año el Premio de Piano. Eran algunos de los primeros frutos. Clara Bernal se incorporaría muy pronto y para siempre a la enseñanza del piano en este Conservatorio y Jesús Arambarri, tras completar sus estudios en París y Basilea, iniciaría una brillante trayectoria que, entre otras cosas, le colocó al frente primero de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, y más adelante de la de Madrid y de la Banda Municipal de Madrid.

 

Vendrán otros alumnos que serán, con el tiempo, maestros, profesores y directores de orquesta, compositores, concertistas, y así hasta hoy. Mientras tanto, en esos ya largos 88 años de actividad docente, el Conservatorio refleja en su trayectoria todos los acontecimientos históricos vividos por nuestra comunidad y los diversos planteamientos y demandas respecto a las enseñanzas de la Música.

 

El primer cambio fue el abandono del sistema de grados por el de cursos anuales. Por Real Orden, en septiembre de 1927, se concedía validez oficial a los estudios de música cursados en el Conservatorio Vizcaíno de Música, que debería adaptar sus planes de estudios a los aprobados en 1905 para el Real Conservatorio de Madrid. Nuevas asignaturas completaron lo ofrecido hasta entonces: Música de Cámara, Acompañamiento, Historia de la Música, Estética. Habrá una nueva reorganización en 1942, otorgándose al Conservatorio, según los nuevos planes, la categoría de Conservatorio Profesional, con validez académica.

 

En esta etapa tuvo lugar un repliegue de las especialidades instrumentales que se podían estudiar en el Conservatorio. La oferta y la demanda se polarizaron en unas pocas especialidades: piano, violín, canto y violoncello. El piano absorbía la mayor parte del alumnado. Son los años difíciles tras la guerra civil. Sin embargo, la presencia del Conservatorio en la vida musical de Bilbao y de Bizkaia se mantiene con fuerza. Cuando finaliza la década de los cuarenta una muestra de su implantación y de la buena siembra realizada es la creación del Premio Marcelino Ibáñez de Betolaza. Nuevamente una iniciativa privada bilbaína quiere alentar la promoción de jóvenes músicos, que ahora son una realidad y han sido formados en el Conservatorio. Doña Corona Arrítola, viuda de Ibáñez de Betolaza, en memoria de su marido, quiso dotar al Conservatorio de un premio anual que sirviera de estímulo para los alumnos más destacados que terminaran sus estudios en el centro. Tenían derecho a optar al mismo todos los alumnos que hubieran terminados sus estudios dentro de los cinco años anteriores a su convocatoria. Los dos primeros premios obtenidos en Piano y Violín (1950) por Joaquín Achúcarro y Félix Ayo, son una muestra de que la siembra había dado sus frutos. Más adelante, en los años 60, se instauraría el Premio Clara Bernal, esta vez para alumnos de Piano, en recuerdo de la que fuera profesora del Centro.

 

Sobre el nombre de Juan Crisóstomo de Arriaga, que se incorpora al Conservatorio en 1956, merece la pena transcribir lo que la Memoria de ese curso nos cuenta: "De gran interés fue la participación de este Conservatorio en los actos organizados por las entidades musicales de esta Villa para conmemorar el 150º aniversario del nacimiento de nuestro genial músico Juan Crisóstomo de Arriaga. Con tal motivo, a finales del mes de enero, tuvo lugar en Bilbao una semana musical dedicada especialmente a la memoria y homenaje de Arriaga en la que fueron a cargo de este Conservatorio los actos celebrados el día 25. Consistieron en una Conferencia de D. Federico Sopeña, bajo el título de "Arriaga y la música de su tiempo", con los siguientes ejemplos musicales de obras de Arriaga: "Variaciones sobre el tema de La Húngara para violín y violoncello", obra que se estrenó en dicho acto, ejecutada por los profesores de este Centro: D. Sixto Osorio y D. Gabriel Verkós, y "Tres estudios o caprichos para piano" por el profesor D. Aurelio Castrillo. Coincidiendo con la Semana Musical dedicada a Arriaga y, debido a feliz iniciativa de la Dirección General de Bellas Artes, este Centro agregó, para el futuro, a su denominación oficial de Conservatorio de Música el nombre de Juan Crisóstomo de Arriaga, con lo que de ahora en adelante queda, de manera aún más ostensible y pública, vinculado a la memoria del gran músico bilbaíno."

 

1966 nos trajo una nueva orientación en los planes de estudios. Se introducía en la enseñanza reglada el sistema de grados (elemental, medio y superior), y se ampliaba con algunas nuevas asignaturas el currículo de la las especialidades. Su implantación progresiva llevó, en un futuro no muy lejano, a retomar las ambiciones musicales que habían suscitado la fundación del Conservatorio: proporcionar formación en un amplio abanico de especialidades orquestales y no orquestales, para enriquecer así la vida musical de la provincia con sus propios recursos humanos. El primer impulso para la reimplantación de algunas especialidades que habían dejado de ofrecerse y la incorporación de otras nuevas partió de la Diputación Foral de Bizkaia, que seguía siendo la institución tutelar del Conservatorio. En virtud de la Ley de Territorios Históricos, el traspaso de competencias en materia de educación al Gobierno Vasco pondría en manos de éste, desde el año 1985, la tarea de completar lo iniciado. En 1986 se concede el Grado Superior en las especialidades de Piano y Canto, en 1987 en las restantes especialidades hoy vigentes y el centro pasa a denominarse Conservatorio Superior de Música J.C. de Arriaga.

 

La historia más reciente del Conservatorio está ligada a una nueva tarea de renovación de los estudios musicales. Desde el curso 1992-1993 el centro ha incorporada sus enseñanzas el nuevo plan según la L.O.G.S.E., al mismo tiempo que culmina el antiguo plan desde 1966 en el curso 2000-2001. Es a partir de dicho curso cuando el Conservatorio deja de tener competencias sobre el Grado Superior, quedándose con las enseñanzas de grado elemental y grado medio y habiéndose trasladado la sede del superior a San Sebastián, a pesar de la reivindicación, que en todo momento se ha hecho desde aquí de un modo unánime y que incluso en el propio discurso de inauguración del nuevo centro, fue motivo de petición por el alcalde de Bilbao Sr. Azcuna .

 

Embarcados en esta doble aventura hemos llegado a nuestro 95 aniversario, con el convencimiento de que aquella ilusionada siembra de 1920 sigue y seguirá dando espléndidos frutos.

 

En el curso 2006-2007 se inaugura el nuevo edificio situado en la Plaza Ibarrekolanda , celebrándose la inauguración oficial el 27 de marzo de 2007 con la presencia de los distintos representantes de las instituciones vascas.